ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

RELATOS NAVIDEÑOS.




El Ángel de Navidad


Juan era el mayor de tres hermanos, Mario y Marina. Todos los años preparaban la Navidad con mucha ilusión, el momento más especial de todos era cuando papá decía por la mañana…
-¡Despertad perezosos!
-¿Qué pasa papá?
-¡Venga nos vamos a comprar el árbol!
-¡Bien!
Cuando el árbol llegaba a casa todos se ponían muy nerviosos corriendo de aquí para allá con adornos. Marina, la más pequeña, colgaba las guirnaldas hechas con palomitas, que ensartaba con su madre; Mario colgaba las bolas. El momento más solemne era cuando el padre de Juan traía una caja vieja y destartalada, donde guardaba el adorno más importante: un ángel de cristal, que desde siempre había pertenecido a la familia.  El padre de Juan lo alzaba en brazos para que él se encargara de colocarlo en la parte más alta del árbol y así quedaba inaugurada las fiestas más especiales para la familia.
Aquel año iba a ser muy importante para Juan. Después de colocar el ángel junto a su padre, éste le llamó y le dijo:
-Juan, cuando yo tenía tu edad, tu abuelo me encargó el cuidado del ángel de Navidad de nuestra familia. A partir de ahora, tú te encargarás de proteger nuestro legado.
Juan se sintió mayor e importante, ahora era un hombre como papá.
Pasadas las navidades, Juan guardó la caja de cuadros, en lo alto de ella escribió “El ángel de la familia de Juan” y lo puso en un sitio seguro hasta la próxima Navidad. El año fue muy movido, su padre se trasladó de ciudad porque había encontrado trabajo, su casa se vendió y su familia se marchó a otro lugar. Las cajas con todas las pertenencias de la familia, incluida la caja de cuadros, viajaron en tren hasta su nuevo hogar.
Pero en algún momento del viaje, el ángel se perdió. Cuando Juan descubrió que entre las cosas no estaba su ángel sintió una gran decepción, pero su padre lo consoló diciéndole:
-No te preocupes, ya nos encontrará.
Juan se quedó extrañado, ¿cómo iba el ángel a encontrarlos a ellos?
Pasaron los años, la familia creció y muchas navidades con ellos. Juan ya era padre de dos niños, Lola y Manuel; se acercaba la próxima Navidad y Juan se acordaba especialmente de su ángel perdido que había acompañado las navidades de su infancia. Lola tenía once años y ahora le tocaba a él pasarle el testigo a su hija.
Aquella mañana Juan despertó a sus hijas como lo había hecho su padre siempre y con sus pequeños se fue a comprar el árbol, y a adornarlo como todos los años. Cuando llegó a su casa su esposa le dijo:
-Alguien trajo un paquete para ti.
Juan se quedó de piedra cuando vio la caja de cuadros destartalada con una nota sobre ella que decía: “Creo que esto te pertenece y debe seguir presidiendo la felicidad de la Navidad en tu familia” Fdo. S.C.
Juan la abrió y vio su ángel dentro, no lo podía creer. Esa Navidad Lola recibió el legado de su familia.
Durante la cena de Nochebuena, Juan comentó a su padre lo que le había ocurrido. Su padre sonrió y dijo:
-Él lleva con nosotros desde hace siglos, algunas veces lo hemos perdido, él se fue para alegrar las navidades de otra familia pero siempre vuelve para estar cuidando la alegría y la felicidad de la Navidad en nuestra familia. 

Yoel Caballero Toro 5º A

 
LA NAVIDAD DE PEDRO


Hace ya mucho tiempo atrás, vivía en un pueblecito alejado de la ciudad, un niño que no conocía la navidad.

Su nombre era Pedro, tenía tan sólo 6 años y ya trabajaba en el campo ayudando a su padre para poder sobrevivir.

Un día cuando se encontraba junto a su padre en el bosque buscando leña para poder soportar los fríos del duro invierno que se avecinaba, aparecieron tres hombres con una apariencia un tanto extraña.
Al encontrarse con Pedro y su padre ambos se sorprendieron ya que no estaban muy acostumbrados a ver a nadie por esos lugares y no dudaron en preguntarles que era lo que buscaban por allí.
Los tres hombres, de grandes barbas e incluso uno era de piel morena, le contestaron que venían buscando un lugar tranquilo donde poder preparar la navidad.

Pedro sorprendido por la respuesta quedó con una cara extraña mirando a su padre al no saber en absoluto el significado de la palabra navidad y aún más sorprendido quedó cuando el padre respondió que ese era un mal lugar para su cometido ya que ellos nunca celebraban la navidad.
Los tres hombres ante la respuesta del padre no dudaron en echarse a reír con cara de incredulidad, tomaron asiento en un viejo tronco que yacía en el suelo y le pidieron al padre y a Pedro que por favor les escucharan lo que les tenían que decir.

“La navidad se celebra en todo el mundo desde hace ya muchísimos años, no sólo se trata de comer y beber en abundancia y regalarse cosas durante esas fechas, también, son días en que los seres humanos como por arte de magia se vuelven mas solidarios con los demás y sobre todo con los más necesitados, por eso estamos nosotros aquí”.

Los ojos del padre de Pedro comenzaron a brillar como si tuvieran dos luces dentro y con voz apenada les comentó que el desde hacía ya muchos años decidió no celebrar nada ya que no podía regalar nada a su hijo y para no hacerlo sufrir y verlo apenado había decidido no contarle nunca la existencia de la navidad.

Los tres hombres con cara de sorpresa respondieron al padre de Pedro que la navidad, aunque no se tengan grandes viandas que llevarse a la boca ni grandes regalos que hacer había que celebrarlas, ya que enseñaban a los mas pequeños el verdadero sentido de la navidad el cual era sobre todo el amor al prójimo.
Le comentaron que para Pedro y para él, prácticamente era navidad todo el año ya que se tenían el uno al otro y siempre permanecían unidos, pero este año sería diferente.

Por arte de magia el bosque se volvió más verde que nunca, comenzó a nevar, su pequeña casa cuando llegaron estaba totalmente adornada con motivos navideños y había un portal con todo sus detalles en la terraza de entrada.

Este año tendréis navidad y Pedro, por fin, sabrá realmente lo que es y lo que significa.
                                      Alberto Blanco Vallez 5ºA 

                      CUENTO DE NAVIDAD

Eva y Pablo, un matrimonio sin hijos, paseaban frente a un orfanato, en el que vivían unos niños de los cuales nadie se preocupaba. Por fin habían decidido adoptar uno.
Poco antes de Navidad, se trajeron una niña muy bonita llamada Esmeralda. Eran sus primeras navidades, con una familia de verdad, recordaba a sus amigos del orfanato, y lo triste que era la Navidad allí.
Pusieron un bonito árbol de navidad, con muchos adornos navideños, hizo galletas con su madre y ayudó a su padre a decorar su casa con luces de colores.

Esmeralda fue una niña muy feliz, sin olvidar nunca a sus amigos del orfanato, a los que ayudó y visito siempre que pudo.

                                              AUTORA: Lucia Delgado Ramos. CURSO: 5ºA.


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